AVON: empresa especializada en productos de belleza femeninos. Fue fundada en 1886 por David McConell, un vendedor de libros a domicilio aficionado a la perfumería, que regalaba a sus clientas muestras elaboradas por él mismo como obsequio al adquirir un volumen. El señor McConell se dio cuenta de que en muchas ocasiones parecían más ilusionadas con el regalo que con la compra, así es que tuvo una corazonada y creó la California Perfume Company (CPC), pues las flores que utilizaba en su preparación venían de ese estado. Pero el gran triunfo de McConell no fueron sus productos sino la forma en la que se vendían sus productos, pues eran las propias clientas las que se convertían en distribuidoras visitando las casas de familiares, amigas y conocidas. El éxito de esta fórmula estaba muy relacionada con la situación que vivía la mujer a finales del siglo XIX, relegada a un segundo plano y dependiente económicamente de su marido. De esta manera las mujeres emprendían su propio negocio y su éxito convirtió a CPC en una de las compañías de venta directa más importantes del mundo. En 1928 con una extensa línea de productos, que incluían hasta zarzaparrilla, el nombre original les estaba encorsetando y deciden cambiarlo por AVON. La nueva denominación, en un giro inesperado de los acontecimientos, es una referencia al trabajo de librero del señor McConell: el río Avon es el que pasa por Statford-on-Avon, el lugar de nacimiento de William Shakespeare, su escritor favorito. El eslogan de Avon es de los que están en el hall of fame de la publicidad: Avon llama a tu puerta.
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