KIMBERLY-CLARK: empresa estadounidense dedicada a la fabricación de productos higiénicos. La compañía fue fundada en 1872 por los empresarios John Kimberly y Charles Clark entre otros inversores. Desde el comienzo, la compañía estuvo orientada a la fabricación de papel. Su historia dio un exitoso giro en la Primera Guerra Mundial (1914) cuando comenzaron a desarrollar el cellucotton una mezcla de algodón y celulosa que se utilizaba para hacer vendajes y como filtro de las máscaras antigas. El matiz llegó cuando, una vez acabada la guerra, empezaron a recibir cartas de enfermeras que confesaban usar el cellucotton como compresa. Una generosa información que les llevó a crear la primera compresa de higiene femenina desechable de la historia, lanzada con el nombre de Kotex. El segundo golpe maestro llegó diez años después, en 1924. A partir del mismo cellucotton, crearon unos pequeños pañuelos desmaquilladores que tuvieron bastante éxito, pero una vez más la casualidad vino a doblar sus ingresos pues Ernst Mahler, el jefe de investigación de la empresa, sufría de alergia y un día por puro instinto se le ocurrió utilizar un pañuelo desmaquillante para sonarse la nariz, lo que le llevó hasta otra idea genial: Kleenex, el primer pañuelo desechable, lanzado con una genial campaña publicitaria que decía: «No guarde su resfriado en el bolsillo», haciendo alusión a lo poco higiénico de los tradicionales pañuelos de tela. Kimberly-Clark también es el productor de varias marcas de papel higiénico y durante la pandemia del Coronavirus en 2020, cuando se produjo un efecto mimético que llevó a millones de personas a arrasar con el papel higiénico, Kimberly-Clark reconoció haber vendido un 45,3% más que lo que habían vendido en 2019, en el mismo periodo.
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