TABASCO: salsa picante. En 1841, Edmund McIlhenny conoció en Nueva Orleans a un viajero llamado Gleason, a quien compró un puñado de chiles rojos. Los chiles le gustaron tanto que comenzó a sembrarlos en la plantación de su suegro, en Avery Island, pero estalló la Guerra Civil y tuvieron que abandonarla. Cuando los McIlhenny regresaron a su hogar, sus tierras estaban pobladas de chile en flor. El hortelano comenzó a experimentar con la elaboración de una salsa que se terminaría convirtiendo en una de las más famosas del mundo, tanto que hasta aparece en la RAE como sinónimo de salsa picante. Lo que se llama en marketing, «convertirte en un genérico», un honor que alegra y enfada a las marcas originales a partes iguales. ¿Y por qué se llama Tabasco? Bueno, ese enigmático viajero le dijo al bueno de Edmund que ese puñado de cáusticos chiles venían de este bello estado mexicano.
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